Se entiende que el río Jacuí es un importante proveedor de recursos para la región metropolitana de Porto Alegre, en Rio Grande do Sul. Por otro lado, esta importancia está desconectada de los proyectos y del interés por la protección medioambiental del río. Un claro ejemplo de ello es su delta, donde viven unas 15.000 personas, la mayoría de ellas ocupando irregularmente una zona de preservación ambiental y asentándose linealmente a lo largo de una carretera, en un conjunto de islas que forman el distrito Arquipélago, a pocos kilómetros del centro de la ciudad en una región de gran sensibilidad ambiental.
Este proyecto, por tanto, pretende idealizar un nuevo pacto antrópico-natural en la región, mediando la relación entre el entorno construido y la naturaleza. El edificio está pensado como un dispositivo que propone nuevos espacios públicos desdibujando la línea entre lo natural y lo artificial, además de pretender gestar una economía circular latente con la enseñanza y el prototipado de productos con materia prima reciclada.
Insertar una pieza arquitectónica, de cualquier escala, en un territorio tan sensible parece ser el gran reto latinoamericano después de la modernidad. La estrategia en este caso es captar los retos locales para crear las condiciones de igualdad socioambiental en cierta medida con una respuesta que va más allá de la simple resolución de problemas de técnica y forma. La utilización de la infraestructura local, el gran trozo lineal de carretera cortado por el río, remite a grandes obras de la arquitectura tropical
Imaginar todas las escalas y subordinarlas a la comprensión de la arquitectura local, sumergirse en el territorio para pensar una estética más allá de los cánones de la arquitectura, sino en la geografía y proponer una relación entre paisaje e infraestructura parecen ser tácticas ampliamente aplicadas en la arquitectura latinoamericana. La escasez que guía la producción en el continente está presente aquí y orienta el diseño de un archipiélago lineal que se adapta con flexibilidad a los cambios ecosistémicos y sociales a los que está acostumbrado su territorio.