Chile en este año 2022 vive un proceso único en su historia de poco más de 200 años de historia, y esto es la construcción de una nueva Constitución que nos permita mirar el futuro con esperanza. Dentro de ello existe un consenso de la imperiosa necesidad entregar a los habitantes nuevos habilidades y competencias que les permitan tomar las riendas de sus destinos en sus ciudades y en los nuevos mundos metaversos, las nuevas tecnologías y las nuevas formas de comunicaciones. Estos aspectos serán sin lugar a duda la base para el futuro, los nuevos cimientos de los nuevos contratos sociales que se requieren con urgencia en nuestras ciudades.
El presente pensamiento hay que mirarlo con un prisma de una nueva forma de organizar el poder de transformación de entornos barriales, a través de nuevos contratos inteligentes que determinan beneficios distribuidos a todos los habitantes y que a través de la infraestructura pública social se crean los niveles eficacia e inteligencia colectiva que transforme las ciudades desde sus propios habitantes.
La propuesta busca crear nuevos espacios comunitarios, mediante la rehabilitación de sedes sociales en deterioro y abandono, que se transforman en espacios de aprendizaje colectivo para desarrollar capital social de nueva generación con mas complejidades para enfrentarse a nuevos escenarios emergentes. Mediante una interacción e integración de algunos subsidios del estado de Chile enfocados en la vivienda, energía y reciclaje de aguas domiciliarias, se busca que las comunidades logren niveles de eficacia y eficiencia colectiva que les permita desarrollar viviendas metabólicas que enfrentan las necesidades del medioambiente, de las familias que las habitan y de los espacios comunitarios que irradian.
Se busca generar nuevos procesos de aprendizaje colectivo que permita a las comunidades autogenerara sus recursos y buscar nuevas formas de autodeterminación en el desarrollo de los barrios históricos consolidados de la ciudad de Antofagasta en Chile. Se visualizan nuevas formas de administración y relación de las autoridades locales con las distintas comunidades, para que los propios vecinos puedan intervenir en las trasformaciones, mejoras y futuro de sus barrios.
Finalmente se busca entregar a las comunidades nuevas herramientas, habilidades, competencias y valores para desarrollar sus viviendas y barrios para enfrentar un futuro referido a lograr niveles de aprendizaje colectivo que les permita ser partícipe de las oportunidades y economías urbanas que presentan las ciudades de Antofagasta, y muchas ciudades en Latinoamérica