En la intersección entre 3 bioregione, en el centro de México, se ubica Querétaro. Una ciudad conocida por su arquitectura coloni
al y patrimonial, así como por ser un punto de relación entre el Norte-Centro-Sur del país desde su orígen en la historia. Siendo punto estratégico para la operación logística del país, esta ciudad intermedia, ha asumido un acelerado crecimiento expansionista para rendir funciones nacionales en detrimento de sus recursos naturales, territoriales y sociales. A pesar de entenderse a si misma como una pequeña ciudad, el funcionamiento cotidiando de Querétaro opera bajo una dinámica administrativa no declarada y más bien problemática de zona metropoliana, consumiendo recursos de las ciudades-rurales conurbadas a casi 50 kms a la redonda de su centro histórico.
Sgún ONU-Habitat (2017) la ciudad de Querétaro ha crecido en tamaño en un 1762% durante los últimos 40 años, mientras que su poblaciónmás meramente se ha doblado, logrando ser un 443% mayor que a mediados de los años 80’s. Esto se traduce en una baja densidad que genera problemas de infraestructura, movilidad y calidad de vida. Un ejemplo de crecimiento expansivo que deja de lado aspectos fundamentales como la creación y mantenimiento de espacios públicos, la oferta digna de sistemas de transporte público y masivo, así como la capacidad de ofrecer servicios accesibles a todas y todos sus habitantes. En el caso de Querétaro un 79% de la superficie urbanizada carece de acceso a servicios, parques, escuelas, entre otras amenidades urbanas. La mayoría de equipamientos y servicios administrativos, se encuentran concentrados en el centro histórico, por lo que la población que vive alejada del centro, tiene dificultades de acceso por las posibilidades actuales que ofrece el transporte público, entre otras causas. Este y otros fenómenos urbanos, definen 2 fuerzas permanentes del modelo urbano de la ciudad, una fuerza centrípeta que jalona las actividades cotidianas y básicas de los habitantes hacia el centro de la ciudad, mientras que una fuerza centrífuga empuja hacia la periferia (y hacia el suburbio) el crecimiento expansivo de la ciudad.
La propuesta del Súper Buffer en Querétaro, busca fortalecer la estructura de la ciudad con una suerte de anillo permeable, una corona porosa, en la zona de intercambio entre estas fuerzas y revertir su presión para aumentar la habitabilidad, actividad cotidiana y uso. El aumento de presión, en la zona del Súper Búffer no se logra meramente con la re-organización de la vialidad principal como un “eje estructurante” de la ciudad, sino también con la exploración de nuevas narrativas territoriales que den forma y otros/nuevos sentidos a esta zona ya existente de la ciudad de Querétaro.
3 estrategias principales, se proponen para dar forma estructurante y recualificativa a la ciudad: Movilidad y estrategia de última milla, redensificación de usos y destinos (habitacionales y comerciales), transformación en los modelos de gestión urbana. Estas etrategias implican asumir 2 aproximaciones una física y cuantitativa, otra en gestión y cualitativa: Cambiar la forma de la ciudad para mejorar su estructura; Cambiar las reglas de la ciudad para mejorar su forma. Nuevas formas y modelos de gestión, producirán nuevas redes de funcionamiento y habitabilidad para la ciudad.
